31 October 1517 – Martin Luther Posts His 95 Theses

 

La Reforma, ¿fue necesaria?

OCTOBER 31, 2017 / ROBERT ARAKAKI / Translation by José Ortega Beede.

Una evaluación ortodoxa

El 31 de octubre de 1517, Martín Lutero clavó las 95 Tesis en la puerta de la Iglesia del Castillo (Wittenberg, Alemania) provocando un gran debate teológico que alteraría radicalmente el panorama religioso de Europa. En unas pocas décadas, la sociedad europea, una vez unificada, se dividió entre iglesias cristianas competidoras.

Hoy se cumple el 500 aniversario de la Reforma protestante. En este aniversario, sería bueno que los cristianos, protestantes y no protestantes, reflexionáramos sobre sus orígenes y su legado y que nos preguntáramos: La Reforma, ¿fue necesaria?  Para responder a esta pregunta, primero debemos entender qué justificación se dio para la Reforma. Una de las mejores apologías fue escrita por Juan Calvino..

 

 

Contexto Histórico

En 1543, Calvino escribió “La Necesidad de reformar la Iglesia” en anticipación de la convocatoria del emperador Carlos V a la Dieta de Espira (Speyer).  En total, se celebraron cuatro Dietas (asambleas parlamentarias) en la ciudad de Espira, situada a orillas del río Rin, en Baviera. Durante ese período, la Reforma era vista como una facción menor, proscrita en la Dieta de Worms (1521) y políticamente una molestia.  Es probable que la Reforma hubiera sido aplastada en ese mismo momento si no fuera por el frágil estado de la unidad política de Europa.  Las cuatro Dietas en Espira trazan el crecimiento de la Reforma desde sus comienzos como un punto de vista disidente hasta que alcanzó ser un cuerpo eclesiástico separado e independiente de Roma.

Invasión Musulmana de Europa en los 1500’s source

 

En la primera Dieta de Speyer en 1526, en un momento de debilidad política y militar, Carlos V se vio obligado a aceptar el principio que permitía a cada gobernante local gobernar como quisiera: “Todo Estado vivirá, gobernará y creerá de tal manera que espere y confíe en responder ante Dios y Su Majestad Imperial”. Esta decisión, en efecto, suspendió la Dieta de Worms y permitió que los luteranos coexistieran con los católicos romanos.  (En 1526, los turcos avanzaban en Hungría y más tarde ese año sitiarían a Viena, lo que requería una vigorosa acción militar por parte del emperador.)  En 1529, Carlos V fue lo suficientemente fuerte como para obtener la revocación de la resolución de 1526.  Si bien la mayoría cumplió con ello, seis gobernantes junto a catorce ciudades libres se opusieron.  Redactaron un llamamiento que sería conocido como la “Protesta en Espira”; los signatarios serían conocidos como “protestantes”.  Se convocó una tercera dieta de Espira en 1542 con el propósito de reunir apoyo contra los turcos.  Los príncipes protestantes retuvieron el apoyo hasta que el Emperador accedió a la Paz de Néremberg (1532).  En 1544 se convocó una cuarta Dieta en Espira. Esta vez, Carlos V necesitaba apoyo contra dos frentes, contra Francisco I de Francia y contra los turcos.  Fue en este contexto que Calvino compuso “La necesidad de reformar la iglesia”. Hacia 1555, el Emperador se vería obligado a dar reconocimiento legal a los luteranos en la Paz de Augsburgo.

Europa Cristiana dividida    source: James Jackson

 

Históricamente, la “Necesidad de reformar la iglesia” de Calvino no tuvo mucho impacto. Sin embargo, Teodoro de Beza (1519-1605) consideró este ensayo como uno de los “más poderosos” de la época. (Beza, p. 12).  Esta revisión busca ser sensible al hecho de que el ensayo de Calvino fue escrito en el contexto de un debate entre protestantes y católicos mientras evalúa la apología de Calvino para la Reforma desde el punto de vista de la fe ortodoxa.  Las referencias y los números de página son de Calvin: Theological Treatises (1954) de J.K.S. Reid.

 

La Iconoclasia y la adoración verdadera

La primera justificación de Calvino es el uso de imágenes en las iglesias que para él impide el “culto espiritual.”

Cuando se adora a Dios en imágenes, cuando se instituye en su nombre un culto ficticio, cuando se hace súplica a las imágenes de los santos, y se rinden honores divinos a los huesos de los muertos, y otras cosas semejantes, las llamamos abominaciones tal como son. Por esta causa, los que odian nuestra doctrina nos vituperan y nos presentan como herejes que se atreven a abolir el culto a Dios aprobado en la antigüedad por la Iglesia (p. 188).

La crítica estaba dirigida contra el catolicismo romano, que en ese momento estaba fuertemente influenciado por el Renacimiento. Si bien puede haber habido excesos en las iglesias de la época de Calvino, su remedio fue drástico: la eliminación de todas las imágenes en las iglesias.  Esto es algo que ningún cristiano ortodoxo podría respaldar, especialmente a la luz del hecho de que la iconoclasia fue condenada por un Concilio Ecuménico (Nicea II, 787).

 

Catedral de Estrasburgo – Francia Source

 

El argumento de Calvino aquí es muy polémico con muy poco razonamiento teológico involucrado.  El fracaso de Calvino para refutar la clásica defensa de Juan Damasceno sobre los íconos, basado en la Encarnación y la base bíblica para el uso de la imagen en el culto del Antiguo Testamento, presenta un gran vacío en su argumento a favor de la necesidad de la Reforma. Vea mi crítica de la iconoclasia de Calvino in “Calvino Versus el Ícono.”

 

Culto espiritual versus culto litúrgico

El próximo objetivo de Calvino es lo que él considera “adoración externa” y “ceremonias” (p. 191).  Calvino argumenta que hubo un tiempo en que el culto litúrgico era útil  (durante el Antiguo Testamento) pero que con la venida de Cristo el culto litúrgico ha sido abrogado.

Cuando Cristo estaba ausente y aún no se había manifestado, las ceremonias, al proyectarlo, alimentaban la esperanza de su advenimiento en el pecho de los creyentes; pero ahora sólo oscurecen su presente y conspicua gloria. Vemos lo que Dios mismo ha hecho. Porque aquellas ceremonias que él había ordenado por un tiempo ahora ha abrogado para siempre (p. 192; énfasis añadido).

 

Este argumento es una forma de dispensacionalismo. Si bien existen diferencias entre el culto judío y el cristiano, Calvino lo lleva al límite.  El rechazo de Calvino al culto litúrgico pasa por alto el hecho de que el culto cristiano primitivo era litúrgico.  La evidencia de esto se puede encontrar en la Serie Volume VII of the Ante-Nicene Fathers  p. 529 ff. (en inglés)

Calvino se opone a la adoración ceremonial externa con el argumento de que lleva a que las personas no entreguen sus corazones y mentes a Dios. (p. 193).

Porque mientras que a los verdaderos adoradores les incumbe dar corazón y mente, los hombres siempre quieren inventar un modo de servir a Dios muy diferente de este, siendo su objeto realizar para él ciertas observancias corporales y mantener la mente para ellos mismos. Además, imaginan que cuando le imponen pompas externas, han eludido con este artificio la necesidad de darse a sí mismos. (p. 193).

 

Para Calvino, el verdadero culto cristiano consiste en la predicación de las Escrituras y la inculcación de la correcta comprensión del Evangelio.

Para los ortodoxos, La evaluación burlona de Calvino sobre la liturgia es difícil de tragar.  La liturgia se encuentra en el centro de la vida ortodoxa.  En la mayoría de los domingos usamos la La liturgia de San Juan Crisóstomo que data del siglo V y en 10 domingos diferentes usamos la más antigua Liturgia de San Basilio que data del siglo IV. El argumento de Calvino aquí se basa en la suposición de que el culto cristiano primitivo era básicamente protestante en su forma (reformada).  Esto es muy cuestionable a la luz de los padres de la iglesia y la evidencia histórica. Lo más probable es que el motivo teológico de la postura antilitúrgica de Calvino sea su dicotomía espiritual versus física.

En resumen, como Dios nos exige que le adoremos espiritualmente, así instamos con todo celo a los hombres a todos los sacrificios espirituales que él recomienda. (p. 187).

 

El énfasis del protestantismo en el sermón y su minimización de los aspectos encarnados de la adoración: reverencias, postraciones, procesiones, velas, incienso, etc. pueden verse como originando de esta dicotomía. No hay evidencia de que el culto cristiano primitivo estuviera informado por esta dicotomía mente/cuerpo. Donde Calvino adopta un enfoque de uno u otro, la ortodoxia adopta un enfoque de ambos y sostiene que el simbolismo y las acciones rituales que componen la liturgia nos ayudan a comprender mejor las Escrituras.

Reformando la Oración

Calvino se opone enérgicamente a la intercesión de los santos y a la práctica de orar en una lengua desconocida (págs. 194-197). ¡Él señala que hubo un arzobispo católico que amenazó con encarcelar a cualquiera que se atreviera a rezar el Padrenuestro en un idioma que no fuera el latín (p. 197)! El motivo de Calvino fue enfatizar a Cristo como el único mediador. Para él, la invocación de los santos es idolatría. (p. 190). Asimismo, condena las reliquias, las procesiones religiosas y los íconos milagrosos.

Ahora bien, no se puede negar sin descaro que cuando aparecieron los reformadores, el mundo estaba más afligido que nunca por esta ceguera. Por lo tanto, era absolutamente necesario incitar a los hombres con estas reprensiones proféticas y desviarlos, como por la fuerza, de ese enamoramiento para que no pudieran imaginar que Dios estaba satisfecho con ceremonias simples, como los niños con los espectáculos (p. 191; énfasis añadido).

 

Esto lleva a Calvino a pedir la reforma de la adoración y las prácticas devocionales para restaurar lo que él llama “adoración espiritual”. En este pasaje en particular, Calvino parece abogar por la reforma de la iglesia mediante la predicación y, si eso no funciona, mediante la fuerza.

Es difícil saber hasta qué punto las prácticas devocionales católicas romanas medievales habían caído en excesos durante la época de Calvino, pero un cristiano ortodoxo se sorprendería por la agudeza de la crítica de Calvino. Orar a los santos es una antigua práctica cristiana.  El Papiro Rylands 470 que data del año 250 d. C. contiene una oración a la Virgen María pidiendo su ayuda.  La antigua práctica cristiana de orar a los santos se basa en la resurrección de Cristo y la comunión de los santos. Bien que ciertos obispos buscaban moderar los excesos de piedad popular en torno a la conmemoración de los difuntos, la idea de los adoradores aquí abajo –la iglesia militante– rodeada por los difuntos –la iglesia triunfante– se convirtió en parte de la fe cristiana. El exceso de piedad popular se controla mejor mediante la participación fiel en la vida litúrgica de la Iglesia y sometiéndose al cuidado pastoral del sacerdote.

Además, en comparación con el Catolicismo Romano, la Ortodoxia ha sido más receptiva al uso de la lengua vernácula en la liturgia. La postura inflexible de la Iglesia de Roma sobre el latín como lengua de culto cambió con el Concilio Vaticano II (1962-1965). Un cristiano ortodoxo encontraría desconcertante que la aceptación de la lengua vernácula fuera acompañada de una nueva liturgia, la Misa Novus Ordo. ¿Por qué no conservar la Misa histórica pero traducirla a la lengua vernácula local? Esto es lo que se hace en muchas parroquias ortodoxas de Estados Unidos. Muchas parroquias ortodoxas celebran la antigua liturgia de San Juan Crisóstomo en inglés o en una mezcla de inglés y otro idioma (usualmente el idioma tradicional de cada cede Ortodoxa específica).

Si bien no es una parte destacada del diálogo reformado-ortodoxo contemporáneo, debe tenerse en cuenta que la ortodoxia actual no solo continúa venerando íconos, sino que también tenemos reliquias e íconos milagrosos.  Aunque exista el peligro de fraude, la Ortodoxia tiene garantías para discernir la validez de estas manifestaciones sobrenaturales. Lo preocupante de la crítica de Calvino es la forma en que rechaza la comprensión sacramental de la realidad, tan fundamental para la Ortodoxia. También preocupan los efectos secularizadores de la posición de Calvino. Los reformadores protestantes no negaban lo sobrenatural, pero lo limitaron a las Escrituras.  Por ejemplo, los sacramentos del bautismo y la Cena del Señor fueron eficaces debido al poder de la “Palabra de Dios” (señalada por la forma mayúscula de la Biblia) invocada durante los sacramentos del bautismo y la Cena del Señor.  Otra implicación del énfasis de Calvino en la fe personal son los efectos de interiorización y psicologización de la espiritualidad protestante. La dimensión interior personal del cristianismo tuvo prioridad sobre los aspectos eclesiales colectivos de la vida cristiana. Por lo tanto, la búsqueda de Calvino para reformar la oración tiene un alto costo del cual muchos protestantes pueden no estar conscientes.

 

El Fundamento de la Salvación

Fue la justificación solo por la fe (sola fide) lo que provocó la Reforma. Cuando Martín Lutero publicó sus 95 tesis, cuestionó la práctica de vender indulgencias. En los debates que siguieron, el enfoque se desplazó hacia el terreno de la salvación. La venta de indulgencias se basó en la teoría medieval occidental de la iglesia como un tesoro de mérito y el poder de las llaves (dadas a Pedro). Calvino escribe:

 

Dicen que con las llaves se abre el tesoro de la Iglesia, para que lo que nos falta se aplique por los méritos de Cristo y de los santos. Nosotros, por el contrario, sostenemos que los pecados de los hombres son perdonados gratuitamente, y no reconocemos otra satisfacción que la que Cristo realizó, cuando, por el sacrificio de su muerte, expió nuestros pecados (p. 200).

 

Gran parte del debate en torno a la justificación por la fe fue enmarcado y limitado por el paradigma forense judicial a la exclusión de otros paradigmas soteriológicos. Si bien gran parte de la refutación de Calvino a sus oponentes se basó en la teoría forense de la salvación, uno también puede encontrar una comprensión no forense de la salvación en sus escritos.

Esta consideración es de una importancia práctica muy grande, tanto para retener a los hombres en el temor de Dios, para que no atribuyan a sus obras lo que procede de su bondad paternal; y también en inspirarles el mejor consuelo, para que no se desalienten cuando reflexionen sobre la imperfección o impureza de sus obras, recordándoles que Dios, con su paternal indulgencia, se complace en perdonarla (p. 202).

 

El énfasis de Calvino aquí en el amor paternal de Dios por la humanidad es sorprendentemente cercano a lo que afirma la Ortodoxia.

El tema de la base de nuestra salvación y la tensión entre la fe y las obras nunca fue un tema importante en la Ortodoxia.  A diferencia del cristianismo occidental, la Ortodoxia nunca entró en detalles sobre cómo somos salvos y los medios por los cuales nos apropiamos de la salvación en Cristo.  Donde la soteriología ortodoxa sigue enraizada en la teología patrística, el catolicismo medieval tomó un giro más jurídico y filosófico con innovaciones inesperadas como la venta de indulgencias y la comprensión de la Iglesia como un tesoro de méritos.  La comprensión ortodoxa de la salvación está informada por el motivo Christus Victor (Cristo el Conquistador) como lo demuestra el servicio anual de Pascha (Pascua) y la comprensión de la salvación como unión con Cristo.  El tema de la unión con Cristo es mucho más íntimo y relacional que la idea de la imputación de los méritos de Cristo, que es de naturaleza más impersonal y transaccional. A diferencia de ciertas lecturas de sola fide (justificación solo por la fe), la comprensión ortodoxa de la relación entre la fe en Cristo y las buenas obras es más orgánica y sinérgica.  Vemos en el Decreto 13 de la Confesión de Dositeo:

Creemos que el hombre no es justificado simplemente por la fe sola, sino por la fe que obra por el amor, es decir, por la fe y las obras.

 

La soteriología es una de las justificaciones clave de la Reforma. Al afirmar traer de vuelta el Evangelio, los reformadores protestantes introdujeron una comprensión mucho más estrecha del Evangelio.  Los debates sobre la justificación tendrían consecuencias para el protestantismo. La justificación por la fe fue elevada a dogma central. Algunos protestantes insisten en que a menos que uno se aferre a la distinción entre la justicia imputada y la justicia infusa, entonces no tendrá una comprensión “adecuada” del Evangelio; y si uno no tenía una comprensión “adecuada” del Evangelio, ¡entonces no era verdaderamente cristiano!  La Iglesia primitiva, por otro lado, dogmatizó sobre la cristología, pero se mantuvo flexible y ambigua sobre cómo Cristo nos salva. No fue hasta que la escolástica medieval introdujo estas precisiones categóricas que los debates Católico-Protestantes sobre la justificación se convirtieron en una posibilidad.  Una consecuencia imprevista de estos debates es que la fe personal en Cristo pronto se equiparó con el asentimiento intelectual a una teoría forense particular de la salvación. Otra consecuencia es que erige muros entre el protestantismo y otras tradiciones como la Ortodoxia.  La Ortodoxia, arraigada en los padres de la iglesia y los Concilios Ecuménicos, no consideraría el Evangelio “redescubierto” de los reformadores protestantes sola fide (justificación solo por la fe) como justificación suficiente para la Reforma, sino más bien como una innovación teológica peculiar de Occidente.

 

Reformando los Sacramentos

Para Calvino, la reforma de la iglesia implicó la reforma de los sacramentos, eliminando las adiciones hechas por el hombre y volviendo a la sencillez del culto bíblico. Esta es su justificación para reducir el número de sacramentos de siete a dos.  Calvino está reaccionando a varios desarrollos: (1) adiciones litúrgicas que no se encuentran en la Biblia, (2) la adoración de la Hostia, (3) negar el cáliz de la comunión a los laicos, y (4) el uso de lenguas no vernáculas (latín) en la adoración.  Para Calvino, el culto católico medieval dio como resultado que los laicos fueran reducidos a espectadores pasivos que miraban con muda incomprensión. Calvino busca reemplazar este entendimiento mágico de los sacramentos con uno basado en un entendimiento inteligente de las Escrituras en combinación con una fe viva en Cristo.

Al igual que Calvino, los evangélicos modernos se aferran a dos sacramentos, pero muchos se sorprenderán de cómo Calvino entendía los sacramentos. Calvino no eliminó el bautismo infantil, ni insistió en la inmersión total. Si bien Calvino rechazó la doctrina católica medieval de la transubstanciación, no adoptó una comprensión puramente simbólica de la Cena del Señor.

En consecuencia, en primer lugar da la orden, por la cual nos invita a tomar, comer y beber; y luego en el siguiente lugar agrega y anexa la promesa, en la cual testifica que lo que comemos es su cuerpo, y lo que bebemos es su sangre. . . . . Porque esta promesa de Cristo, por la que ofrece su propio cuerpo y su sangre bajo los símbolos del pan y del vino, pertenece a quienes los reciben de Su mano, para celebrar el misterio en la forma que Él ordena (p. 205; énfasis añadido).

 

Calvino adopta un punto de vista entre los extremos de la doctrina católica romana de la transubstanciación y el posterior entendimiento evangélico protestante de “solo un símbolo” de la Cena del Señor. Sin embargo, su “bajo los símbolos” parece negar implícitamente que el pan y el vino sufran un cambio en la Eucaristía. Está en desacuerdo con el entendimiento de los primeros padres de la iglesia.

 

Evaluación de la apología de Calvino

En resumen, Calvino justifica la Reforma por tres motivos: (1) la doctrina, (2) los sacramentos y (3) el gobierno de la iglesia, afirmando que el objetivo era restaurar la “forma antigua” usando las Escrituras (es decir, sola scriptura).

Por tanto, que se examine toda nuestra doctrina, nuestra forma de administrar los sacramentos y nuestro modo de gobernar la Iglesia; y en ninguna de estas tres cosas se encontrará que hemos hecho algún cambio en la forma antigua, sin intentar restaurarla a la norma exacta de la Palabra de Dios. (p. 187; énfasis añadido)

 

Calvino y los otros reformadores no tenían intención de dividir la Iglesia o de crear una nueva religión. Ellos deseaban traer de vuelta las
“formas antiguas”, usando la Biblia como su estándar y guía. Los resultados, sin embargo, han sido bastante diferentes de lo que esperaban los reformadores. Los próximos cinco siglos verían dentro del Protestantismo una iglesia dividida sobre otra, nuevas doctrinas, nuevas formas de adoración e incluso una nueva moralidad.

 

Saddleback Community Church

 

Una declaración interesante en la apología de Calvino es la aguda denuncia de “nueva adoración” (p. 192).

. . . Dios en muchos pasajes prohíbe todo nuevo culto no sancionado por su Palabra, declara que está gravemente ofendido por tal osadía, y la amenaza con severos castigos, es claro que la reforma que hemos introducido fue exigida por una fuerte necesidad” (p. 192; énfasis añadido).

 

A la luz del hecho de que el culto protestante moderno va desde el llamado culto tradicional de órgano e himnario que data del siglo XVIII hasta el exuberante culto pentecostal, a servicios “seeker friendly” (abierto al público) con bandas de alabanza estilo rock-n-roll, al culto más litúrgico antiguo-futuro, ¡uno tiene que preguntarse si la cura protestante es peor que la enfermedad que los reformadores buscaban curar!

Es alentador ver un interés creciente de parte de los cristianos reformados hacia las liturgias antiguas y los primeros Padres de la Iglesia. Esto apunta a una convergencia entre dos tradiciones muy diferentes. Sin embargo, se mantienen alejados en los iconos, la oración a los santos y la presencia real en la Eucaristía. Estos no son puntos menores. El ensayo de Calvino “La necesidad de reformar la iglesia” deja en claro que estos son parte de la razón fundamental de la Reforma.

 

Was the Reformation Necessary? 

Mi respuesta como cristiano ortodoxo es que, aunque la situación del catolicismo medieval en la época de Lutero y Calvino puede haber justificado una acción correctiva significativa, La cura Protestante fue peor que la enfermedad.  A pesar de su adhesión a las Escrituras, la tradición reformada en su totalidad no ha logrado recuperar la “forma antigua” que se encuentra en el cristianismo antiguo.  Sus numerosas divisiones y denominaciones la ponen en desacuerdo con la catolicidad y la unidad de la Iglesia primitiva.  La Ortodoxia, arraigada en la Iglesia primitiva, los Siete Concilios Ecuménicos y en la Tradición Apostólica, ha evitado muchos de los problemas que han plagado al cristianismo occidental durante mucho tiempo.  La Ortodoxia nunca ha tenido una Reforma. No ha tenido necesidad de la Reforma porque ha permanecido enraizado en el consenso patrístico y porque ha resistido las innovaciones del catolicismo romano medieval posterior al cisma. El hecho de que la Ortodoxia nunca haya tenido una Reforma es algo un protestante debe considerar.

 

Reforma versus Retorno

Firme aquí para la unidad eclesiástica  fuente

 

Una de las consecuencias no deseadas y las mayores tragedias de la Reforma han sido las numerosas divisiones de la iglesia y las divisiones teológicas entre los protestantes. En respuesta a esto, hoy en el 500 aniversario de la Reforma, una coalición de unos 250 teólogos y líderes protestantes emitió “Una Confesión Católica Reformadora.”  Ellos intentaron mostrar que la “ diferencia no significa división” y ¡los herederos de la Reforma son más “católicos” que los católicos romanos y los ortodoxos!

Caleb Lindgren en un artículo de Christianity Today,Protestants: The Most ‘Catholic’ Christians” escribe:

 

Además, la nueva declaración de fe, elaborada por un equipo de teólogos protestantes y líderes de la iglesia, tiene como objetivo mostrar que los protestantes son en realidad más católicos (que significa “universales”) que los católicos romanos, que exigen lealtad al pontífice romano, o que los cristianos ortodoxos. , que rechazan las pretensiones de Roma pero aún confían en gran medida en la sucesión apostólica para garantizar un Cristianismo fiel.

 

Lo primero que noté sobre la descripción de la ortodoxia del Sr. Lindgren es su fijación con el gobierno de la iglesia. En realidad, lo que define a la Ortodoxia es la fidelidad a la Tradición Apostólica, escrita y no escrita.  La sucesión apostólica de un obispo en sí misma no garantiza la ortodoxia; también debe haber una fiel adhesión a la Liturgia, el Credo de Nicea (325 y 381), los Siete Concilios Ecuménicos y el consenso patrístico. Para los ortodoxos, la Ortodoxia es un paquete integrado, una forma de vivir la vida en Cristo.

La Eucaristía, Nuestra Unidad

 

Como Cristiano ortodoxo, lo que más me llama la atención de la “Confesión Católica Reformadora.” es cuan Protestante fue su solución — ¡una hoja de papel!  Esta es una solución intelectual e incorpórea a un problema muy serio. Una declaración teológica firmada puede tener mucho valor, pero no es adecuada para abordar los profundos defectos del Protestantismo.  El Protestantismo sufre de: (1) la falta de un Credo vinculante, autorizado y unificador, (2) la falta de adoración común y (3) la falta de liderazgo de la iglesia unido en la fe y la adoración.  Para los ortodoxos, la unidad se encuentra en la Eucaristía: compartir el cuerpo y la sangre de Cristo.  En la Eucaristía nos unimos a la Iglesia Católica[1].  Ignacio de Antioquía, el tercer obispo de la iglesia natal del apóstol Pablo en Antioquía escribió:

Que nadie haga nada relacionado con la Iglesia sin el obispo. Que se considere una Eucaristía propia, la que es [administrada] por el obispo, o por alguien a quien él la haya confiado. Dondequiera que aparezca el obispo, que allí esté también la multitud [del pueblo]; así como, dondequiera que esté Jesucristo, allí está la Iglesia Católica. [Epístola a los de Esmirna, capítulo 8]

 

Lo que debe notarse aquí es que Ignacio de Antioquía definió la catolicidad, no en términos de una declaración teológica en un papel, sino en términos de participación en la Eucaristía.  Por lo tanto, los Protestantes deben tener en mente que la “Confesión Católica Reformadora” ofrece un enfoque protestante a la unidad que está radicalmente en desacuerdo con la Iglesia primitiva.

Hay una historia divertida sobre un protestante que quería convertirse a la Ortodoxia. Corre hacia un sacerdote ortodoxo y le dice: “Soy protestante, ¿qué debo hacer para convertirme en ortodoxo?” El sacerdote respondió: “¡Debes abandonar tu catolicismo romano!”. El punto aquí es que muchos de los problemas en la doctrina y el culto protestantes reflejan sus orígenes en el catolicismo romano. También refleja el hecho de que el cristianismo occidental se separó de sus raíces patrísticas en la Iglesia primitiva. Otra forma de verlo es que los protestantes son víctimas inocentes de los errores e innovaciones de Roma.

Los aniversarios son a menudo ocasiones de celebración. También pueden ser momentos de valoración y valoración. ¿Ha funcionado la Reforma? ¿Ha sido beneficioso? Hay un chiste que se cuenta a menudo sobre la locura como “hacer lo mismo una y otra vez y esperar resultados diferentes”.  Durante los últimos 500 años, los protestantes han hecho muchos, numerosos intentos de reforma, para traer de vuelta a la Iglesia primitiva. Lo han hecho a pesar de los repetidos fracasos. El pensamiento parece ser: “¡Esta vez lo haremos bien!” Me he referido a esto como ecclesia reformans sed sempre reformanda descontrolado.  [Vea “El defecto genético fatal del protestantismo: Sola Scriptura y el caos hermenéutico del protestantismo”]  A los protestantes y evangélicos cansados ​​les digo: “Detengan la locura reformadora y vuelvan a la Iglesia primitiva. Quinientos años de reforma no han funcionado. Es hora de que los protestantes y los evangélicos consideren algo diferente: renuncien a las innovaciones de la Reforma protestante y adopten la tradición apostólica.

 

Atanasio el Grande enseñó, no sola scriptura (solo la Biblia), sino fidelidad a la Tradición Apostólica. En su Epístola a Serapion capítulo 28 escribió:

 

Pero, más allá de estos dichos, miremos la misma tradición, enseñanza y fe de la Iglesia Católica desde el principio, que el Señor dio, los Apóstoles predicaron y los Padres guardaron. Sobre esto está fundada la Iglesia, y el que se alejare de ella no sería cristiano, y ya no debería llamarse así.

 

Aquí leemos que la Tradición Apostólica, que se originó con el Señor Jesucristo y fue transmitida a través de los Apóstoles y la Iglesia, es fundamental para ser cristiano. Sin esta Tradición, no se puede ser cristiano.

Esto no es nada nuevo. Es una elaboración de lo que el Apóstol Pablo escribió a 2 Tesalonicenses 2:15:

Así que, hermanos, estad firmes y guardad las tradiciones que os han sido enseñadas, ya sea por palabra o por nuestra epístola.

 

Robert Arakaki

 

References

Robert Arakaki.  2012.  “Protestantism’s Fatal Genetic Flaw:  Sola Scriptura and Protestantism’s Hermeneutical Chaos.

Athanasius the Great.  “The Letters of Saint Athanasius Concerning the Holy Spirit to Bishop Serapion.”

Theodore Beza.  “Life of John Calvin.”

James Jackson.  “The Reformation and Counter-Reformation.”

The Lutheran Church – Missouri Synod. “Diets of Speyer.”

Caleb Lindgren.  2017.  “Protestants: The Most ‘Catholic’ of Christians.” Christianity Today. (12 September)

J.K.S. Reid, ed.  1954.  Calvin: Theological Treatises.  The Library of Christian Classics: Ichthus Edition.  Philadelphia: The Westminster Press.

A Reforming Catholic Confession.” (31 October 2017)

Additional Resources

Center for Baptist Renewal. 2017.  “In Praise of Reforming Catholic Confession.” (15 September)

Internet Monk (Chaplain Mike).  2015.  “Reformation Week 2015: Another Look – God’s Righteousness.”

The Gospel Coalition. 2015.  “Keller, Piper, and Carson on Why the Reformation Matters.

Ligonier Ministries (Robert Rothwell). 2014.  “What is Reformation Day All About?

 

 

[1] Es decir, la iglesia Universal, que es el signficado de Católico. No se refiere aquí a la Iglesia Católica Romana, necesariamente.